Veïns per Cubelles

Introducció

El 8 de agosto de 2025, el Ayuntamiento de Cubelles publicó en su web institucional una nota titulada “L’Ajuntament continua treballant en la restauració del riu Foix”. En ella, el consistorio aseguraba estar ejecutando una actuación coordinada para restaurar la desembocadura del Foix tras la DANA del 12 de julio. Se hablaba de “neteja manual i amb maquinària pesada”, de “classificació de residus per al seu reciclatge” y de la participación de la Agència Catalana de l’Aigua y la Generalitat de Catalunya.
Incluso se citaba al regidor de Medio Ambiente, Álex Noheda, declarando que “el més urgent és retirar tota la zona el que el riu hi ha portat” y que estas actuaciones eran imprescindibles “per millorar la gestió integral del riu” y “afavorir condicions òptimes per a la biodiversitat”.

Tres meses después, el resultado en el terreno desmiente cada línea de esa nota institucional.

Informació

El espejismo de la restauración

Las imágenes tomadas recientemente en la desembocadura del Foix muestran un panorama radicalmente distinto al que el Ayuntamiento quiso vender como ejemplo de eficacia ambiental.
Entre la vegetación de ribera siguen acumulándose plásticos de color azul, rojo vallas amarillas, restos de obras y cintas de señalización abandonadas, junto con montones de ramas secas y material vegetal arrastrado.
En el cauce, un neumático de gran tamaño continúa semisumergido entre aves acuáticas, símbolo de una limpieza que ni fue integral ni sostenida.

Del discurso ecológico a la realidad del abandono

Mientras el comunicado oficial alardea de “classificar els materials per tipologies per al seu reciclatge”, lo que se observa es una acumulación desordenada de residuos sin gestión posterior.
El Ayuntamiento habló de “recuperar l’entorn dels arbres autòctons del bosc de ribera”, pero las imágenes muestran ejemplares parcialmente cubiertos por escombros vegetales y materiales plásticos.
La llamada “primera fase” que debía culminar con la recuperación ecológica del ecosistema se ha convertido en una operación estética de corta duración, dirigida más a obtener rédito comunicativo que resultados ambientales reales.

Dinero público para una imagen, no para una solución

La contradicción entre lo anunciado y lo ejecutado plantea un problema de fondo: la gestión del dinero público y la responsabilidad política en la comunicación institucional.
Cada nota de prensa, cada vídeo y cada tuit del Ayuntamiento generan la apariencia de acción y compromiso ambiental. Pero cuando la intervención se queda a medio camino, el gasto se transforma en propaganda financiada con fondos públicos.
El Foix no necesitaba una sesión fotográfica de excavadoras, sino una restauración completa, controlada y transparente. Lo que se ha hecho, en cambio, es producir un relato institucional que no se corresponde con los hechos.

El discurso verde como coartada

El uso del lenguaje ambiental —“biodiversitat”, “resiliència”, “condicions òptimes per a l’ecosistema”— se convierte aquí en una coartada semántica que legitima intervenciones sin resultados verificables.
Se invoca la colaboración con la ACA y la Generalitat, pero no se aportan datos, presupuestos ni informes públicos.
Todo apunta a una política de greenwashing institucional, donde la prioridad es p

Conclusions

El Ayuntamiento de Cubelles no puede seguir amparándose en la retórica de la sostenibilidad para justificar acciones parciales, ineficaces y mal documentadas.
La restauración del Foix se ha quedado en un titular, y la desembocadura sigue acumulando residuos que el propio Ayuntamiento había anunciado como retirados.
En este caso, la “transparencia” municipal se ha quedado en la superficie de un comunicado: limpia ante la cámara, sucia en el terreno.